Fecha de emisión: 29 may, 2020

Efemèrides. 50 anys del sufragi universal femeni

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Efemèrides. 50 anys del sufragi universal femeni

HISTORIA

EFEMÉRIDES. Anniversari Sufragi Femení

“Atendiendo a las necesidades y legítimas aspiraciones del pueblo andorrano, consideramos que ha llegado el momento de conceder a las mujeres andorranas los derechos políticos; teniendo en cuenta la función cada día más importante que la mujer ejerce en la vida social y económica de los Valles, parece que no se adecua con su exclusión de los asuntos públicos”. Con este reconocimiento a la importancia de las mujeres en el Principado, comenzaba el decreto de 14 de abril de 1970 por el que se concedía a la mujer andorrana el derecho al voto. Un decreto que suponía la culminación de un largo camino para el reconocimiento de las mujeres como iguales a sus congéneres masculinos, como actores activos de la política del país, equiparando sus derechos a los de los hombres, quienes ya disfrutaban del sufragio universal desde la Revolución de 1933.

El camino comenzó algunos años antes y al igual que sucedió en otros países, Andorra no quedó al margen de los movimientos sufragistas donde mujeres organizadas presionaban a las autoridades para que se reconocieran sus derechos democráticos. En Andorra, en mayo de 1967, un grupo de sufragistas hicieron un llamamiento al resto de mujeres para que apoyaran la firma de una súplica, que querían entregar al Consell General, para que el parlamento les concediese tanto el derecho a votar como a poder se elegidas en sufragio pasivo. La súplica tuvo una adhesión de trescientas setenta y ocho mujeres mayores de 25 años, quienes por edad tenían derecho a firmar.

Dos años después de la presentación de la súplica, el Consell General respondió con el decreto que se expresaba en los siguientes términos. En primer lugar reconocía el derecho de las mujeres a poder votar en igualdad de condiciones que los hombres, derecho que pudieron ejercer en las siguientes elecciones, pero también consideraban, en segundo lugar, el veto a que las mujeres pudieran ser elegidas como representantes políticos del pueblo andorrano, consideración que no cambiaría hasta que el parlamento, en sesión ordinaria del 24 de mayo de 1973, acordó conceder los derechos políticos pasivos a la mujeres andorranas con plena ciudadanía.