Fecha de emisión: 26 sep, 1997

BIENES CULTURALES Y NATURALES PATRIMONIO MUNDIAL DE LA HUMANIDAD

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BIENES CULTURALES Y NATURALES PATRIMONIO MUNDIAL DE LA HUMANIDAD

HISTORIA

La serie sobre Bienes culturales y naturales, patrimonio mundial de la Humanidad presenta este año dos sellos dedicados a iglesias del reino de Asturias, que fueron proclamadas por la UNESCO, en su reunión de París, de 1985. Se describen como iglesias construidas en el siglo IX alrededor de Oviedo, testimonio del gran reino cristiano de Asturias que se desarrolló durante el esplendor del emirato de Córdoba. Esta arquitectura prerrománica ejerció una considerable influencia en el desarrollo de la arquitectura medieval de la península ibérica.

Santa Cristina de Lena se levanta sobre una colina cerca de la Cobertoría (Lena). Es también del siglo IX, construida durante el reinado de Ramiro I. Tiene una nave única abovedada, con cabecera, dos estancias regulares a ambos lados, un pórtico con una cámara superpuesta y un ábside sobre elevado. El material de construcción son lajas y sillas irregulares de piedra, unidos con mampostería. Solamente se conservan dos ventanales originales, formados por tres vanos, los restantes fueron añadidos en época posterior. Los muros en su interior están recorridos por arcos ciegos de piedra sobre columnas. Sus capiteles presentan una bella decoración en relieve con figuras humanas y de animales como motivos y entre las arquerías hay cinco medallones y dos placas. Una leyenda señala que el abad Flaino ofrece el templo en honor de los santos apóstoles Pedro y Pablo.

San Julián de los Prados o Santullano, cercana a Oviedo, se atribuye a Alfonso II (791-842) y está dedicada a los santos Julián y Basilisa, mártires egipcios venerados en la España visigoda. Su planta es basilical, con tres naves y crucero, de altura superior, separados por arcos de medio punto sobre pilares y completada con tres capillas rectangulares abovedadas, una cámara sobre la capilla central, una estancia auxiliar y dos pórticos abiertos al exterior. Los techos son de madera y la cubierta de teja. Muy bien conservada, lo más importante es la decoración pictórica de sus muros y bóvedas con motivos geométricos, vegetales y arquitectónicos y la cruz latina con el alfa y la omega, que la hacen única en Europa occidental.