Fecha de emisión: 17 oct, 2014

Infraestructuras civiles. Estación de Ferrocarril. Irún

CONSULTAR TARIFAS

Infraestructuras civiles. Estación de Ferrocarril. Irún

HISTORIA

INFRAESTRUCTURAS CIVILES

Ver también "Sobre de Primer Día"

Ver también "Matasellos"

Bajo el título Infraestructuras Civiles se pone en circulación un sello dedicado a la Estación de Ferrocarril de Irun (Guipuzkoa), última estación de la línea ferroviaria Madrid-Irun que limita con la frontera francesa.
La historia de Irun y su economía se encuentran vinculadas con el sector servicios y con las actividades relacionadas con los transportes y el comercio transfronterizo desde que, en 1841, se trasladaran allí las aduanas españolas. A partir de entonces, las relaciones comerciales entre España y Francia comienzan a crecer y la ciudad de Irun lo hace en la misma medida en la que aumentan los intercambios comerciales. A este hecho se une la llegada del ferrocarril, en 1863, que convierte a Irun en estación terminal de los ferrocarriles españoles y punto de conexión con Europa.
En la historia de los ferrocarriles españoles ocupa un lugar de interés la línea Madrid-Irun, o línea General del Norte, cuyo trayecto, de 641,60 kilómetros, alcanza hasta la localidad francesa de Hendaya, separada por el río Bidasoa. Ésta fue la única de las grandes líneas radiales que se construyó de una vez y por una misma empresa.
Todo empieza en 1856, con la adjudicación a la Sociedad de Crédito Mobiliario Español -filial de la empresa francesa Sociedad de Crédito Mobiliario Francés, propiedad de los hermanos Pereira- la construcción de la línea de ferrocarril Madrid-Irun. Las obras comenzaron de inmediato en Valladolid, por su posición central en el recorrido, y una vez iniciadas se crea, en 1858, la Compañía de los Caminos de Hierro del Norte de España que se hará cargo de la construcción.
El trazado final, como hoy lo conocemos, se dividió en tres secciones: de Madrid a Valladolid, pasando por Ávila; de Valladolid a Burgos; y de Burgos a Irun, pasando por Miranda y Vitoria; descartándose el paso por Bilbao, lo que ocasionó presiones ante el gobierno. Las obras se desarrollaron a buen ritmo y en diciembre de 1860 la Compañía del Norte tenía abiertos al tráfico 326 kilómetros de línea.
En 1863 llega el primer ferrocarril a Irun y la localidad se convierte en estación terminal de los trenes españoles. Un año más tarde, la línea se extiende hasta Hendaya y el 15 de agosto de 1864 se inaugura el primer ferrocarril internacional. Hoy la estación de Irun cuenta con una red de trenes de cercanías y de larga distancia que unen destinos transversales como Cataluña y Galicia, y sigue siendo uno de los principales puntos de conexión entre el Norte y el Centro de la Península.
Yolanda Estefanía